lunes, 24 de agosto de 2015

Salmo 5



Plegaria pidiendo protección; Salmo 5  

Continuando con el estudio de los Salmos, llegamos al Salmo 5.

En un escrito anterior, te comente que del Salmo 3 al 7, encontramos una especie de puente, plasmando la condición humana (penas, dolores, aflicciones, sufrimientos, confusiones, problemas y las consecuencias del pecado), enseñándonos que la UNICA solución es buscar a Dios con FE, poniendo toda nuestra confianza en El y esperando que sus promesas lleguen como un balde de agua de vida. Nos enseñan estos Salmos que es por medio de la oración que elevamos a Dios solicitando liberación, salvación, socorro y ayuda, que Dios nos responde.

El Salmo 5 inicia con una oración desesperada de David.

"Escucha, Señor, mis palabras; considera mi gemir.
Atiende a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.
Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti y esperaré".

Es una oración, en la cual David alza su voz a Dios al despertar.

La mañana es un momento muy apropiado para que tu corazón se dirija a Dios en oración; Continúa este Salmo asegurando:

Que Dios NO  se complace en la maldad,  
Que el malo no habitará junto a Dios, ni los insensatos estarán delante de sus ojos;
Que Dios aborrece a todos los que hacen iniquidad.  
Que El destruirá a los que hablan mentira; al hombre sanguinario y engañador.
El mal no tiene cabida en él porque "Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él"

David declara con FE diciendo: “Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu Casa; adoraré con reverencia hacia tu santo Templo".

La oración es el recurso que tienes cuando ves la maldad que te rodea.

Ora pidiendo aquella guía que te capacitará para vivir de una manera tal que no traiga descrédito o desprestigio a tu vida y que tu vida sea agradable ante los ojos de Dios.

Dios quiere que confiemos en que Él se hará cargo de nuestros asuntos y situaciones. La paciencia se ha forjado en la tribulación, y la alegría abunda en la esperanza segura de libertad.

Dios te bendiga y te guarde!

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