viernes, 16 de noviembre de 2012

Buscadme, y Viviréis


Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis; 
(Amos 5:4)


Solo basta con encender un minuto la radio o la televisión para escuchar y darte cuenta que en la actualidad, la maldad se está multiplicando exponencialmente.
Vemos injusticias, homicidios, robos, corrupción, violaciones, una infinidad de maldad que día a día crece de una manera descontrolada.

Muchos dirían que sin duda, una de las razones principales es que estamos en los últimos tiempos ya que nuestro amado salvador declaró que en los últimos tiempos la maldad se multiplicaría y haría que el amor de muchos se enfriara.

Pero, esta multiplicación de la maldad, es exclusiva de este tiempo?
Realmente la maldad que estamos viendo y viviendo en esta época es consecuencia de que estamos viviendo los últimos tiempos?

Quiero compartir contigo un pasaje de la Biblia que se encuentra en Génesis justo antes de que Dios le hablara a Noé, que quizá te va a sonar actual:

“Y vio Dios que la maldad de los hombres era mucha en la tierra,
y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos
era de continuo solamente el mal…
…Y se corrompió la tierra delante de Dios,
y estaba la tierra llena de violencia.
Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida;
porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”
Genesis 6:5 y 11

Las personas que vivían en tiempos de Noé, no eran tan diferentes a las personas que vivieron en tiempos de Moisés, o en tiempos de David, o en tiempos de Jesus y tampoco a nosotros que vivimos en esta época!

El hombre busca sus caminos y se aparta de Dios y eso trae como consecuencia la multiplicación de la maldad en la tierra. Pablo toca este tema en el libro de Romanos (Inspirado por el Espíritu Santo) donde da a conocer lo que sucede cuando el hombre se aparta de Dios:

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios,
ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos,
y su necio corazón fue entenebrecido.
Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos
la retribución debida a su extravío.
Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios,
Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas,  engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;  quienes habiendo entendido el juicio de Dios,  que los que practican tales cosas son dignos de muerte,  no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican." Rom 1:21-32

La multiplicación de la maldad tiene que ver con la separación del hombre y de Dios. Mientras más alejados estemos de Dios, la maldad se multiplicara en los corazones de cada persona.

La definición de “MALDAD” en el diccionario bíblico es:
“un estado mental de desprecio hacia la justicia, rectitud, verdad, honor y virtud”.
La maldad empieza con una disposición de la mente, después se exterioriza en actos, los cuales moldean el carácter de quien se da a ella, marcando su destino.
Se llega con ella a un punto sin retorno, con una total perversión de los valores.

Jesucristo nos revelo que el origen de toda la maldad humana proviene del interior de nosotros mismos:

“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos,
los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,
los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia,
la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.
Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.”
Marcos 7:21-23

La relación con Dios es algo tan descuidado y debilitado en estos tiempos, vemos con dolor como el mundo rechaza a Dios y luego lo culpa por las cosas que pasan o que “El deja o permite que pasen”

Alguna vez te has preguntado:
¿Por qué Dios permite que esto pase?
Las injusticias, el sufrimiento de inocentes, la violencia, la maldad en la tierra, es consecuencia de las malas decisiones del hombre al apartarse de Dios!

El pecado no puede quedar impune, la ira de Dios se derramara total e irremisiblemente sobre los hombres con falta de arrepentimiento. ¿Qué más podemos esperar?

Hoy es necesario volver a escuchar las palabras de un humilde granjero (profeta) de los tiempos antiguos; volver a oír lo que Dios dijo a través de él:

Buscadme y viviréis!

Amós, cuyo nombre significa «el que lleva la carga», profetizó durante un tiempo de gran prosperidad tanto para Israel como para Judá, pero con una situación religiosa en un estado lamentable: Idolatría desenfrenada; inmoralidad generalizada; sistema judicial corrupto. La gente creía que aquella prosperidad era una señal de las bendiciones de Dios.
Dios estaba disgustado con su pueblo. Su paciencia se había agotado y el castigo era inminente! (lee el libro completo de Amós para conocer toda la historia)

Es necesario que busquemos a Dios, pues es la única forma de salvar nuestra vida. Lo que Dios nos ofrece es que le busquemos, que busquemos lo correcto.
Escaseamos de poder, de autoridad, de paz, de fe, porque escaseamos de Dios...

Oíd su llamado, poned atención a su voz. Buscar a Dios para no morir.
Busquémoslo como lo hizo Elias, como lo hizo Daniel, como lo hizo Esther...


Dios lo dice a través de su profeta, buscar a Dios correctamente es centrarse en la persona de Dios, es poner la mirada sobre El, y no poner los ojo sobre uno mismo.

Acerquémonos a Él, con temor, amando su ley, procurando su presencia,

Dios nos bendiga y nos guarde y tenga misericordia de nosotros.

 

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